El proyecto Aktibatuz en el colegio COAMI de Sestao llega a su fin, y en esta ocasión, cerramos nuestra serie de publicaciones con el relato de una actividad que ha puesto de manifiesto el espíritu del proyecto: la feria de juegos organizada por el alumnado. Si en el primer post (La caída del fútbol es una realidad en algunos colegios) exploramos cómo la presencia dominante del fútbol generaba malestar y limitaba la convivencia, especialmente en un patio de tamaño reducido, y en el segundo (El patio es para convivir) abordamos la importancia de crear espacios de ocio más inclusivos, esta feria ha servido como una aplicación práctica de todo lo aprendido y reflexionado.
Los días 16 y 18 de junio fueron jornadas especiales en el colegio. El patio se convirtió en un espacio de encuentro y diversión, donde los verdaderos protagonistas fueron el alumnado que han formado parte activa de Aktibatuz. Con dedicación y entusiasmo, prepararon y dinamizaron cinco juegos tradicionales: «armiarma«, «stop«, «Campo quemado«, «rescate» y «bote bote«.

Estos juegos, muchos de ellos menos frecuentes en los patios escolares actuales, fueron presentados a otros cursos del colegio el día 16 de junio y a las familias el día 18. Fue gratificante observar cómo los alumnos y alumnas de Aktibatuz asumían el rol de monitores, explicando las reglas, animando la participación y asegurándose de que todos disfrutaran de la experiencia. Más allá de la simple diversión, esta feria puso de manifiesto cómo la recuperación de los juegos populares puede enriquecer el tiempo de recreo, fomentando la convivencia y la participación inclusiva entre todo el alumnado. Esta experiencia ha sido una clara demostración de que, al diversificar las opciones de juego, se pueden mitigar los problemas de espacio y de exclusión que a menudo surgen cuando una única actividad monopoliza el patio.

El patio como lugar de convivencia
La feria de juegos fue una culminación natural del proyecto, un momento en el que la teoría se transformó en práctica, y donde la colaboración y el juego libre demostraron su valor en el entorno escolar. Ha sido una experiencia que ha reforzado la importancia de espacios de ocio diversos y enriquecedores en el día a día del colegio.